Vaticano publica la verdadera historia del final de los Templarios



Clemente V, "después de meses de duras batallas políticas, comprendió que para salvar a la Iglesia de un posible cisma era necesario sacrificar a los templarios". En el pergamino de Chinón se lee que el Gran Maestre "interrogado cuidadosamente sobre la acusación de sodomía, sobre los ídolos con forma de cabeza y sobre los besos inmorales, dijo que no sabía nada". Un volumen que recoge las fieles reproducciones de todos los documentos que el archivo guardaba celosamente sobre de uno de los grandes juicios de la historia: el "Processus contra Templarios".

Un estuche de una gran calidad artística y objeto de deseo para historiadores y coleccionistas pero sobre todo unos documentos que permiten a la Iglesia aclarar, de una vez por todas, el comportamiento de Clemente V durante el juicio contra la Orden del Temple. La crítica histórica que acompañará el volumen con todos los documentos abraza la afirmación que Clemente V "absolvió" al Gran Maestre del Temple, Jacques de Molay, y los principales dirigentes de la Orden".

Pero que no pudo hacer nada más por ellos, ya que "comprendió que para evitar un cisma en la Iglesia era necesario sacrificar la supervivencia de la Orden". Una absolución que rehabilita así la imagen de los Templarios, acusados de traición, herejía y sodomía. Aunque de nada sirvió la absolución papal pues Felipe el Hermoso consiguió en 1312 que el Concilio de Vienne decretara en la práctica la disolución de la Orden y el 18 de marzo de 1314,y Molay y los suyos acabaron quemados a la hoguera.

"Tras la investigación realizada en Poitiers, el Papa absolvió a los templarios de las acusaciones de herejía", escriben los historiadores de los Archivos Vaticanos.

Aun así, "la supervivencia del Orden se hizo imposible" pues "Clemente V, "después de meses de duras batallas políticas, comprendió que para salvar a la Iglesia de un posible cisma era necesario sacrificar a los templarios".
El "Processus contra Templarios" contiene el "Folio de Chinon", un pergamino de 70 centímetros de largo y 58 de ancho, olvidado durante años en los Archivos Vaticanos, y descubierto por primera vez en 2001. El documento recoge la petición del papa Clemente V de absolver a Jacques de Molay, y, sobre todo, niega las acusaciones de traición, herejía y sodomía que crearon la "leyenda negra" de los miembros del Temple.

La historiadora que descubrió el valioso pergamino de "Folio de Chinon", Barbara Frale, asegura que su gran importancia a nivel histórico "porque permite corregir una serie de juicios sobre la Orden de los Templarios y el papa Clemente V que la historia ha arrastrado y que eran inexactos". Durante siglos, añadió la joven historiadora, de 34 años, "se aseguró que el Papa estuvo de acuerdo y consintió la destrucción de la Orden, y este documento prueba que no fue así".

En el pergamino de Chinón se lee que el Gran Maestre "interrogado cuidadosamente sobre la acusación de sodomía, sobre los ídolos con forma de cabeza y sobre los besos inmorales, dijo que no sabía nada".

En este documento, los tres cardenales, representantes del Papa, señalaban que el Gran Maestre "repudiaba cualquier herejía y pedía humildemente el beneficio de la absolución".
Ante estas declaraciones, los tres cardenales pidieron para Molay, en nombre del Papa, "la absolución" y recomendaron acogerle "en la unidad de la Iglesia y restituirle a la comunión de los fieles y a los sacramentos eclesiásticos".

Jeques árabes, diseñadores de moda y las principales bibliotecas del mundo ya han reservado una de las 799 copias del "Processus" que saldrán a la venta. El ejemplar número 800 será regalado al Papa Benedicto XVI, como se informó hoy durante la presentación.

El "Procesus contra Templarios" incluye además las fieles reproducciones de los pergaminos con los interrogatorios realizados por la comisión papal a los templarios y las notas escritas por Clemente V y sus colaboradores. También contiene los tres sellos pertenecientes a los cardenales Pietro Colona, Pierre de la Chapel y Bernfer Fredol, que fueron los encargados por el Pontífice de realizar los interrogatorios.

Para la historiadora Barbara Frale, descubridora del "Folio de Chinon", la publicación del "Procesus contra Templarios" no es "un punto final" en la historia de la Orden "sino que abre un sin fin de nuevas investigaciones". Eso sí, "cierra muchas de las puertas, encontradas en muchos libros históricos y novelas, sobre el carácter esotérico y herético de los templarios".

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